24.12.10

!FELIZ NAVIDAD!


A todos los amigos, a los que han seguido estas páginas del blog interesándose por sus contenidos, a los que intentan que el mundo que habitamos sea más justo y solidario, os deseo lo mejor para el próximo año 2011.

30.11.10

“La formación del psicólogo en un equipo de fertilidad”

Por  Juan Pablo Zito-Carro



Agradezco la invitación del Dr. Carlos Damonte y al resto de organizadores a participar en este simposio  junto al resto de colegas aquí presente.
El tema del que hablaré (“La formación del psicólogo en un equipo de fertilidad”) es un tematica interesante ya que el trabajo del psicólogo en una clínica tan especializada como lo es una de R.A. se desarrolla en una zona límite y requiere una formación o mejor dicho una posición muy particular.

Cuando hablamos de formación lo primero en lo que pensamos es en los conocimientos relacionados con su profesión que una persona debe tener para desempeñar su trabajo de un modo correcto. En la actualidad esto no es suficiente ya que además se le exige que tenga competencia, entendida como “pericia, aptitud o idoneidad para hacer o intervenir en algo” (RAE). Por lo tanto un profesional “formado”  es el que tiene los conocimientos y la experiencia necesaria para “saber hacer”. ¿es esto suficiente?  Si tomamos en cuenta que en toda profesión es necesaria una Ética podemos responder que no. Los conocimientos y las competencias sin una Ética o sin una buena orientación Ética, pueden dar un resultado nocivo. ¿Por qué creemos que son necesarios los comité de Ética?

Un equipo de fertilidad está formado por profesionales de distintas especialidades como ginecólogos, obstetras, enfermeras,  biólogos, embriólogos, andrólogos y psicólogos, entre otros. Antes mencionaba que el trabajo del psicólogo se desarrolla en una zona límite, punto de encuentro entre lo físico y lo psíquico. ¿Donde se localiza ese encuentro? En el paciente, debido a que es abordado desde dos discursos diferentes: el médico positivista y el psicológico.
La definición de límite según la RAE es interesante porque habla de “una línea real o imaginaria que separa dos terrenos, dos países o dos territorios”. Nos debemos preguntar ¿Cuál es la línea real que separa en el sujeto lo psíquico de lo somático? O mejor aún ¿cómo pensar una línea imaginaria entre ambos?
El alto grado de especialización de la medicina actual lleva a que los procedimientos medicos sean segmentados y cada profesional trabaje sobre una secuencia del tratamiento; el cuerpo del paciente también entra dentro de la lógica de la fragmentación, se trabaja sobre órganos o materia viva que puede ser separada del paciente. Esto requiere que todo procedimiento sea cifrado, etiquetado y cuantificado para que el “especialista” que sigue en la línea de trabajo pueda  saber qué paso del protocolo de actuación debe dar.
¿Pero que sucede con la subjetividad?¿Dónde ubicamos al sujeto que sufre por su padecimiento? En la lista de protocolos médicos no hay lugar para el paciente, sólo lo hay para los procedimientos. Lo subjetivo es pensado como lo que se opone a lo objetivo, también se hace referencia con este término a nuestro modo de pensar o sentir, y no al objeto en si mismo. Para la ciencia positivista lo objetivo es la única evidencia, por lo tanto no hay lugar para lo que se piensa o se siente. De esto podemos extraer una primer conclusión sobre la formación (no sólo del psicólogo) en un equipo de fertilidad: Los conocimientos, las competencias sin un ética que los regule da como resultado una intervención directa de la técnica sobre el organismo, borrando al paciente como sujeto de la escena volviéndolo un objeto.

En la relación entre psicólogo (o médico también) y el paciente se establece un vínculo que llamaré de transferencia: “…la transferencia  está ligada no tanto con la ilusión del amor como con aquella de que existen sujetos que saben. En cuanto hay, en algún lugar, el sujeto que se supone saber… hay transferencia” nos dice el psicoanalista francés J. Lacan. La infertilidad genera interrogantes que llevan a quien la padece a buscar un saber que aporte sentido.
En este punto considero fundamental hacer una aclaración: No hay ninguna duda de las soluciones que la “medicina de la reproducción” aporta en los casos de infertilidades de causa orgánica, esto es algo que no admite cuestionamientos. No obstante, entre un 5 y un 15% de los casos que llegan a las clínicas de reproducción son casos de infertilidad denominados de “origen desconocido” o “idiopáticos”, esto significa que no hay causa orgánica que justifique dicho síntoma.
Estos casos generan mucho desconcierto en el equipo médico y angustia en el paciente, en los primeros porque también consideran que hay una variable causal en juego que no puede ser localizada en el cuerpo y en éste último porque su enigma no encuentra una respuesta, el malestar no puede ser nombrado. Este podría ser un momento óptimo para solicitar la inter-consulta con el psicólogo pero no siempre lo es, es necesario que la demanda por parte del paciente dirigida al médico sea de tal intensidad que provoquen en éste un incómodo afecto de angustia.
¿Qué relación hay entre la ausencia de respuesta y la angustia del médico?
Como antes mencionaba, la transferencia entre médico y paciente se sostiene en una suposición de saber, el saber da poder.  El médico “debe” saber la respuesta, la cura al malestar del paciente y si esto no sucede su saber supuesto “es-puesto” en cuestión y su poder se transforma en impotencia, de ahí la angustia.

Estamos por lo tanto en un territorio diferente al puramente físico que toma al organismo como un real sobre el que hay que intervenir o al psicológico donde hay un predominio de lo imaginario, plagado de fantasías que apuntan a restituir la normalidad. Nos hallamos en el terreno de lo simbólico, más específicamente en el campo del lenguaje. Aquí no hay más que palabras que se dirigen al otro y que vienen del otro, que encierran una o varias significaciones generadoras de equívocos, relaciones y efectos en el sujeto. ¿De que otro modo nos enteramos del sufrimiento del paciente si no es por lo que nos dice? El ser humano habla, es la capacidad que nos diferencia de otros animales, pero ¿para que? Podríamos decir rápidamente que lo hace para hacerse representar, para mostrar su subjetividad, para que algo de su deseo se deje entrever, para hacerse amar, odiar o curar. Esto incluye su queja, su sufrimiento dirigido al otro como un enigma para encontrar respuesta a aquello que no funciona en su vida, aquello en lo que no se representa,  en lo que no se reconoce. Desde esta perspectiva debemos tomar al síntoma tal como lo postula Freud: “Los síntomas neuróticos son formaciones del inconsciente y resultan del compromiso entre deseos contradictorios (…) encierran un saber”
Como mencionaba anteriormente si no hay lugar para la palabra del paciente en el dispositivo médico ni en la consulta del psicólogo, si el malestar se acalla, se produce un desplazamiento y reaparece de otro modo.

La paternidad genera dudas, temores, rechazos, celos, etc. Tanto hombre como mujer no son indiferentes a la pregunta por la paternidad, ambos son concernidos de modos diferentes. Por el lado del hombre surge el interrogante de ocupar el lugar y ejercer la función paterna, acontecimiento que necesariamente hará cambiar el juego de los deseos con su pareja; del lado de la mujer el cambio es de mayor intensidad ya que se ponen en juego su identidad de mujer y la imaginarización del lugar de “la madre”. En ambos casos hay un elemento a pensar que es la función que viene a cumplir el niño que anhelan y el lugar que ocupará en la economía psíquica de la pareja, por lo que requiere que puedan construir una respuesta particular

Para finalizar creo conveniente retomar los significantes que he propuesto para pensar hoy con ustedes la formación que debe tener un psicólogo que trabaja en un equipo de fertilidad.
Mucha de la bibliografía psicológica de la reproducción asistida se sostiene en dos conceptos como son los de Ansiedad y Depresión como efectos anímicos de la infertilidad, esto conlleva a que el profesional psi se forme, se capacite en el manejo de estrategias para ayudar al paciente a afrontar situaciones de stress, bajar la ansiedad con diversos trucos y cambiar el modo de pensar para no caer en la depresión. Este campo de acción es muy limitado y reiterativo ya que también está protocolizado. ¿Cuál es la Etica que rige estas competencias? Podemos decir que es la de la “Normativización”, el paciente debe estar, sentir y pensar según la “idea” que tenga el psicólogo, esto no es sin estragos en muchas ocasiones. Es la lógica del estado de bienestar en la que “todos” tienen que estar bien y se les ofrece a “todos lo mismo” como solución.
Un cuestionamiento que me hago al escribir esta ponencia es si ¿todos los pacientes buscan una respuesta por el lado del saber, del saber inconsciente? Definitivamente no. Una  pareja que busca el hijo que dicen querer en una clínica de reproducción asistida sin que haya una causa orgánica, demanda una respuesta que venga del otro, una respuesta en lo real, lo que indica que el síntoma de la infertilidad (de origen desconocido) no se ha constituido como un interrogante para ellos, que apunte a: ¿qué nos pasa como pareja en relación a la paternidad y a la sexualidad?.
La posición ética de la formación que propongo es la de privilegiar la subjetividad del paciente dando lugar a su palabra, sosteniendo una escucha libre y flotante, sin prisas por curar y con la paciencia de escuchar lo que el sujeto nos quiere decir con aquello que nos está diciendo. Para esto es necesario estar dispuesto a transferir el saber al paciente, es él quien sabe las causas de su padecer y recurre a nosotros para orientase. Crear un espacio donde queden fuera las competencias del psicólogo (su saber hacer) y pueda aparecer “el saber” de paciente, saber inconsciente que encierra el enigma de los modos en que el individuo sufre y goza de su sexualidad y los efectos que esto tiene sobre la procreación.

Ponencia presentada en Venecia, 29 de octubre de 2010
Simposio de la Sociedad de Obstetricia y ginecología psicosomática.

6.11.10

Los hombres y sus semblantes


IX JORNADAS DE LA ESCUELA LACANIANA DE PSICOANALISIS (ELP)
MADRID 20 Y 21 DE NOVIEMBRE DE 2010
Círculo de Bellas Artes
Sala de las Columnas

Para información e inscripciones visita la Web: http://www.elp-debates.com/

11.6.10

Presentación del libro en Buenos Aires

El viaje a Buenos Aires y la presentación del libro en la ciudad fue una experiencia hermosa e inolvidable. Una hermosa ciudad en la que el psicoanálisis tiene un lugar en la sociedad que nos sorprende a los que viajamos desde Europa.
El libro se presentó en la Escuela de Orientación Lacaniana en un espacio coordinado por Beatriz Udenio y en el que participó Gustavo Dessal. Calurosa acogida y buen debate. Se realizó otra presentación y entrevista en el Museo Metropolitano de la ciudad, gracias a la colaboración de Carlos Gustavo Mota, cuya página WEB recomiendo. (www.elpsicoanlisis.net).
Participé en el seminario coordinado por Luis Salamone y Blanca Sanchez "Se buscan hombres".
La amabilidad y el trato de los argentinos es envidiable, tanto de los colegas de la EOL como de otros amigos que pude conocer. A veces se producen buenos encuentros y en esta ocasión algunos sucedieron.
Cuando viajaba de vuelta en el avión pensaba cuando podría volver.

27.5.10

Presentación del libro: "El dolor y los lenguajes del cuerpo", en Buenos Aires


CONFERENCIAS INTERNACIONALES DEL INSTITUTO CLÍNICO DE BUENOS AIRES
 
PRESENTACIÓN DEL LIBRO "EL DOLOR Y LOS LENGUAJES DEL CUERPO" (Grama Ediciones)
de Santiago Castellanos de Marcos*
 
Lunes 31 de Mayo, 21 horas, en la sede de la EOL
 
Invitados: Santiago Castellanos de Marcos y Gustavo Dessal
Coordinación: Beatriz Udenio
 

La fenomenología del dolor crónico de causa no orgánica, remite a estructuras, a tipos y a fenómenos clínicos variados, razón por la cual conviene tener muy presente que se trata de distinguir de las formas clásicas de conversión histérica, los “embrollos del cuerpo” presentes en las psicosis ordinarias, sin olvidar los fenómenos psicosomáticos, y las formas hipocondríacas propias de los estados delirantes.
En el libro “El dolor y los lenguajes del cuerpo” se da cuenta de un trabajo de investigación (Diploma de Estudios Avanzados) del Instituto del Campo Freudiano de España, de una clínica del cuerpo con los instrumentos del psicoanálisis de orientación lacaniana.

*Santiago Castellanos de Marcos es psicoanalista y médico. Miembro de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis (ELP) de España y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis. Miembro de la Junta Directiva de la sede de Madrid de la ELP. Ha sido docente de la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria durante 15 años y ha escrito numerosos artículos, trabajos y colaboraciones en los temas de frontera del psicoanálisis y medicina. Editor del blog: “Psicoanálisis y Medicina” (www.psicoanálisisymedicina.blogspot.com).

23.5.10

La fibromialgia a debate.

Con una numerosa asistencia -alrededor de 100 personas- se presentó en la Casa de la Cultura del Ayuntamiento de Gandía, el día 21 de mayo de 2010,  el libro: El dolor y los lenguajes del cuerpo.
El acto estuvo organizado por la Asociación de Fibromialgia y Fatiga Crónica de la localidad.
Entre el público había numerosas pacientes que forman parte de la Asociación.
Tengo que decir que el debate y las preguntas que se formularon fueron de mucho interés.
Acercar los postulados del psicoanálisis y el trabajo clínico que desarrollé en los últimos años sobre la fibromialgia era un desafío para mí.
Otro discurso pudo ser escuchado y explicado.
La medicina se encuentra en un impass en el tratamiento del dolor crónico porque aborda el tratamiento de este padecimiento en las coordenadas de considerar el cuerpo como una máquina, excluyendo la subjetividad. Para el psicoanálisis el cuerpo y el organismo no son la misma cosa.
La discusión sobre el origen psíquico o somático de la fibromialgia es una discusión falsa y equivocada. Desde Freud el psicoanálisis elabora una teoría que articula lo psíquico y lo somático. El cuerpo en el ser humano está hecho con las palabras y en el encuentro con el lenguaje.
Un tratamiento desde el psicoanálisis en alianza con la medicina es posible. La palabra es una herramienta fundamental para tratar los síntomas corporales allí donde la medicina se encuentra con un límite.
Las orientaciones terapeúticas que les proponen una salida del lado de la fatalidad del destino, de la adaptación al dolor como es el caso de la Terapias Cognitivo-conductuales les colocaban en un callejón sin salida.
Se comentaron algunas viñetas clínicas recogidas en el libro.
En el debate también se planteo que las reivindicaciones de las asociaciones reivindicando más recursos para el tratamiento de la fibromialgia son justas, pero que eso no obvia el hecho de que las mujeres que padecen del "dolor crónico" también tienen que preguntarse por su causa. Ellas también se tienen que hacer cargo de la parte que les corresponde, ellas tienen que hacerse cargo de encontrar una salida al sufrimiento que padecen. Desde el psicoanálisis se les ofrece una escucha para que ese trabajo lo puedan hacer.
El acto se prolongó durante dos horas y nadie se levantaba de la silla. Al final un empleado del ayuntamiento nos comunicaba que teníamos que terminar.
La Asociación me entregó un obsequio y entre aplausos se dió por finalizado el acto.
Numerosas mujeres se acercaron una a una para hablar un "ratito". Me contaban algunas historias muy personales. Alguna puerta quedó abierta y algunas preguntas también.
Tengo que reconocer que fue emotivo para mi.
Me daba cuenta de la posibilidad y la potencialidad de que el discurso analítico pueda abrirse paso más allá de sus fronteras.
Santiago Castellanos.

16.5.10

Presentación del libro: "El dolor y los lenguajes del cuerpo", en Gandía


Viernes, 21 de mayo de 2010
Presentación del libro“El dolor y los lenguajes del cuerpo” del Dr. Santiago Castellanos.
Conferencia-coloquio: “El lado humano de la fibromialgia”, a cargo del autor del libro.
Lugar: Casa de Cultura “Marqués de González de Quirós”
Paseo de las Germanías, 13. Gandía
Hora: 20:00

Gandia, mayo de 2010

Colaboran / Col·laboren:
Ajuntament de Gandia. Regidoria de Col·lectius Socials.
Mancomunitat de Municipis de La Safor
Casa de Cultura “Marqués de González de Quirós”
Fundar-Voluntariat
Any Borja


13.5.10

PRESENTACION DEL LIBRO "EL DOLOR Y LOS LENGUAJES DEL CUERPO" EN A CORUÑA

Presenta Liana Velado, con la presencia del autor.



Viernes, 14 de mayo de 2010

Hora:
20:00 - 21:30

Lugar:
A Coruña, Fundación Caixa Galicia. Cantón Grande 21-24

18.4.10

A favor de otra mirada

por Jacqueline Berger.
 
Existe la mirada que encierra, la mirada que da una perspectiva, la mirada que te hace sentir que estás creciendo, la mirada que se clava en ti, la mirada que reconoce el eco del semejante, la mirada que separa, la mirada que disloca, la mirada que tranquiliza, la mirada que aliena, la mirada que confiere existencia al Otro en tanto que ser separado de su propia existencia…

Y es que la mirada, como lo podemos constatar cada día en nuestra vida cotidiana, resulta ampliamente influida por la idea que tenemos de aquello que una etiqueta, una categoría, una palabra designan.
Si me presento ante vosotros como periodista o como madre concernida por la problemática autista, o como cualquier otra cosa que elija poner por delante, la mirada que vais a poner en mi, en mi intervención de hoy, resultará ligeramente diferente, aparecerá determinada por lo que sabéis de tal o cual categoría que me designa como incluida en un grupo.
Yo escribí el libro Salir del autismo con la esperanza de producir un cambio aunque fuera pequeño, aunque fuera mínimo, en la mirada que cada uno de nosotros ponemos en las personas que agrupamos bajo el significante de autismo.

- Para que se miren de otra manera los desórdenes visibles, los síntomas que saltan a la vista y que a veces, incluso, petrifican a los que tenemos en frente, aniquilando la posibilidad de su pensamiento al provocarles reflejos de miedo o de angustia.

- Para que estas manifestaciones sean comprendidas por lo que son: manifestaciones de sufrimiento, y no como la rúbrica de un estado de deficiencia irremediable o como algo amenazante para uno mismo.

Cuando miramos las cosas de esta manera - y esto es tan importante para un niño con dificultades que, como todos los demás niños, es un sujeto en construcción - estamos dando a este niño otra pequeña oportunidad de « terminar de nacer », según la expresión que tanto me gusta de Barbara Donville o, lo que es lo mismo, de entrar en la sociedad.

Y es aquí donde está en juego la mirada de cada uno de nosotros y no sólo la de los padres o de los allegados está en juego: es necesario que esta sociedad tenga ganas de comprender lo que está en juego para niños que no crecen de manera ordinaria, es necesario también que acoja los desvíos dentro de una normalidad ambiental, que entienda que en estas diferencias hay también una fuente de riqueza y creatividad.

A contracorriente del discurso que categoriza con exceso los síntomas hasta perder el deseo de buscarles un sentido…, quisiera hacer oír que existe la posibilidad de una evolución positiva de los síndromes autistas, que los niños calificados de « autistas » no están programados para permanecer encerrados dentro de su estructura  ni para ser esencialmente autistas, que hay tantos autismos como niños diagnosticados como tales, que una vez establecido el diagnóstico y los sufrimientos reconocidos, hay que olvidarlo para construir el camino singular de cada uno, porque no hay un modelo, queda todo por inventar para cada sujeto, en cada caso y esto exige una energía considerable para los padres y para todos los que se ocupan de ellos.

El deber de la sociedad entera es ayudarles. Ellos necesitan ayuda material, necesitan recursos, pero ante todo necesitan esta fraternidad de una mirada que no evalúa antes de comprender, que no se siente en peligro por la diferencia, que, incluso y sobretodo, busca alimento en esta diferencia. Ahí empieza la reparación mediante el vínculo, ahí empieza un intercambio mutuo. Abrir este camino es un trabajo largo y agotador, pero da sus frutos y esto tan sólo se puede plantear si terminamos con la convicción de que el estado autístico es una fatalidad: un defecto insuperable de genes y de neuronas defectuosas. Ello será posible sólo si la angustia por el futuro deja de teñir las miradas y ellas pueden abrirse al presente.
 Es el miedo el que actualmente nos lleva a clasificar a los niños en categorías cada vez más afinadas según sus comportamientos. Es, realmente, el miedo el que hace leer cualquier diferencia con el prisma de la deficiencia, de la falta. Las denominaciones estancas que tienden a excluir del campo de la humanidad común se multiplican cada vez más para preservarnos de algo que, de otro modo, nos tocaría demasiado íntimamente.

Y, sin embargo, ¿es preciso recordarlo? Entre lo patológico y lo normal hay un continuo. , ¡uno se puede deslizar de un lado a otro en los dos sentidos, en un momento dado, en una vida, con una o dos generaciones de por medio!

He escrito este libro con la aspiración de llegar a un público exterior del que se podría denominar « el mundo del autismo », un público más amplio que el de los padres, el entorno en sentido amplio, porque la mirada que se pone en los síntomas de un niño en construcción es capital; ya que el pequeño humano, el muy pequeño ser humano, cualquiera que sea su manera de crecer, sean cuales sean sus enfermedades, sus sufrimientos, se construye, en primer lugar, ante la mirada de los otros. Hay miradas que abren a un porvenir, que abren perspectivas o, a la inversa, que encierran.
Hay miradas,  proyecciones relacionadas con el vocabulario empleado y con la fijeza que transmiten, que sostienen o, por el contrario, que hieren aún más.

He querido centrar esta intervención en el tema de la mirada en el autismo infantil porque hay dos maneras de contemplar a los niños con dificultades tan importantes de relación y de comportamiento: o bien mirarlos a través de lo que les falta o bien considerar, en primer lugar, sus capacidades.
Un niño atrapado en la problemática del autismo es devorado por angustias multiformes, por miedos cuya intensidad no nos imaginamos. Estamos hablando de niños que no han podido investir la mirada del Otro como algo que contiene, algo que permite explorar un espacio seguro entre él y el Otro, que le permita sentir que existe en un continuum con límites.

En estas condiciones, la mirada siempre puede producir fracturas, puede resultar punzante, perseguidora. En estas condiciones, también, el don de una mirada benévola, que contiene, que se deja guiar por lo que ocurre en el momento, en términos de emoción, de relación, es tanto más necesaria y reparadora.

Este don es la gratuidad plena y entera.

Es lo contrario de una mirada cerrada, de la mirada del que sabe, que proyecta demasiadas imágenes que no se corresponden con lo que el niño siente. Se trata de una mirada que no se deja enseñar por el niño.
Estos niños, más que otros, durante más tiempo que otros, estos niños necesitan una mirada que busca una concordancia emocional y afectiva para comprometerse en el vínculo con el otro, con la mutualidad que esto supone.

El titubeo de la mirada supone el abandono de la búsqueda de una certeza, supone tomar el riesgo de no saber, de equivocarse. Pero no se vive sin riesgo y éste es más fecundo, más portador de vida que las proyecciones poco gloriosas que les encierran, rápidamente, en un destino seguro, categorizado según los principios teóricos válidos para todos.
Cuando se habla de los más pequeños, con los que todo queda por construir- en los estudios científicos, se evoca, cada vez más a menudo, la plasticidad neuronal- la mirada que se detiene en el « pleno » es más creativa, es la que devuelve el individuo a su existencia entera, como individuo, porque respeta lo que hay de positivo, porque empuja hacia el salto existencial, sin reducir la dimensión del ser a sus dificultades.

Esta mirada ofrece la posibilidad de seguir en lo cotidiano ya que todo se juega en lo cotidiano, en los pequeños hechos y gestos, en las palabras menudas, así como en los tiempos de atención y de educación. Una pregunta que sigue sin respuesta, un acto inapropiado frente a una demanda -aunque esta demanda sea, ella también, inapropiada-, se añade a las heridas que alimentan un sentimiento de inexistencia ya demasiado imponente.

Esta mirada otorga la capacidad de dar seguridad, de contener, la necesidad de  controlar sus propios miedos, de interrogarse sin cesar sobre lo que alimenta nuestra propia mirada sobre el mundo y sobre el Otro. Esto lleva a veces a confrontarse con vértigos personales porque los terrores que sienten estos niños son también los nuestros, sentidos en un momento u otro de nuestra existencia, dominados, poco a poco, gracias a la suerte, al amor de los seres queridos…
Si estamos bien es también porque hemos escapado al estupor, entendida como petrificación de las emociones pero, en cada uno de nosotros, hay huellas de estas heridas existenciales, de estos grandes miedos fundamentales relacionados con el temor a la muerte. Y no se precisa gran cosa  para reactivarlos.

No hay una manera única de estar en el mundo, una manera única de triunfar en la vida sino que cada ser humano se construye integrando en su interior las diferentes miradas de los otros. Y la mirada está cargada de nuestros sentimientos conscientes pero también de nuestras emociones inconscientes.

No he querido dar testimonio de mi historia personal si no de este peso de la mirada para que cada uno de nosotros se sienta concernido. He experimentado a lo largo de mi recorrido como madre el consuelo de la mirada que ayuda a sentirse orgullosa, que ayuda a sortear dificultades, a encontrar soluciones, a tomar conciencia de su propia mirada sobre su niño, y a estar feliz de cambiarla, porque le alegra la vida al sentirse pertenecer a la comunidad de los otros.
También he experimentado la amargura de miradas que hunden en un papel de víctima, que excluyen, que minan la confianza en uno mismo, que descalifican.

Los padres no pueden estar solos aunque se agrupen entre ellos. Necesitan a toda la sociedad para inventar sin cesar nuevas soluciones, reales y humanas, que no estén únicamente bajo el semblante de la inclusión, sino que les permitan una inscripción verdadera en la comunidad humana; arreglos singulares que hacen atemperar la angustia ante el mundo y que permiten a las creatividades singulares realizarse en pos del enriquecimiento de todos.
El bienestar no puede conformarse con respuestas estandarizadas, protocolarias, reproductibles de uno a otro, que engendren guetos. No existen soluciones masivas al autismo y la vía de la esperanza me parece que se encuentra en la preservación de la variedad, en la agilidad de las pequeñas estructuras que promueven la creación.

Los niños gravemente perturbados necesitan, más que nada, una mirada que no evalúe antes de ver, que no lo mida todo con un rasero estándar, una mirada que dé a los otros la posibilidad de ser plenamente lo que es, por muy extraño e incómodo que sea.
Una mirada que de existencia, que no busque dominar. Es una mirada que da, que sostiene, que comparte, que no afirma su superioridad aunque sea por la vía indirecta de la piedad.

* Intervención realizada en el Congreso sobre "La especificidad de los funcionamientos de la persona con autismo" el 28 y 29 de enero de 2010 en Dijon (Francia), en la sesión titulada "La mirada de los otros sobre el funcionamiento singular del niño autista".

Jacqueline Berger es periodista y autora del libro Sortir de l’autisme, Ed. Buchet-Chastel (2008).
 Traducción: Dora Maestre con la colaboración de V. Coccoz y C. Cuñat.



RECOGIDO DE: ACTUALIDAD DEL FORO SOBRE EL AUTISMO.
http://foroautismo.blogspot.com/ Número 4, 17 de abril de 2010

13.4.10

Presentación del libro: "El dolor y los lenguajes del cuerpo", en Barcelona

El pasado día 9 de Abril fue presentado el libro en la sede de Barcelona de la ELP en un acto organizado por la Biblioteca. A continuación publico la intervención de Francisco Burgos, psiquiatra y psicoanalista en Barcelona.


Presentación del libro de Santiago Castellanos

“El dolor y los lenguajes del cuerpo”

Francisco Burgos

“El culto al éxito de la sociedad de hoy obliga a no admitir esos temas... Debemos dar sentido al dolor, sólo así lo superamos”.
Andrzej Szczeklik (médico polaco)

 

Agradecimientos

Agradezco a la Biblioteca del ICF, a su director Juan Ramón Lairisa y a Santiago Castellanos por la oportunidad que me ofrecen de participar en la presentación de este libro, importante para entender algunas cuestiones del dolor y sus padecimientos desde una lectura orientada por el psicoanálisis.

 

Introducción

Santiago ha elegido un tema interesante pero difícil de abordar y además lo ha hecho desde una perspectiva que me ha sorprendido y agradado, de aquí la importancia que adquiere para mí este libro tanto en el propio trabajo de explicar el “síntoma” dolor, sobre todo el dolor crónico y fundamentalmente la fibromialgia, como hacerlo servir de guía de lectura para el trabajo clínico cuando está presenta la cuestión del cuerpo. Porque en él encontramos un estudio amplio y riguroso de las referencias a este tema que elaboraron Freud pero sobre todo Jacques Lacan y sus aplicaciones a la clínica.
¿Por qué digo esto? Desde siempre en la historia de la humanidad, los hombres se han ocupado del dolor tanto físico como psíquico o de la propia existencia. La mayoría de los trabajos sobre este tema han sido abordados desde las perspectivas antropológicas o sociológicas, salvando los que intentan dar una explicación neurológica, es decir, un sustrato orgánico-causal al dolor o bien sus vías de formación y de sensación. Santiago lo encara desde la investigación orientada por la vía de la subjetividad, del inconsciente, del psicoanálisis. Nos aproxima a la clínica médica a través del tratamiento psicoanalítico.

 

El estilo

Quiero hacer una referencia al estilo, sorprende el estilo de escritura, directo, hablándole al lector, explicando los conceptos de una manera que facilita la prosecución del recorrido en esta temática compleja, el seguimiento de las referencias en el ordenamiento que ha tomado tanto cronológicamente de los autores psicoanalíticos como de la lógica que presentan. El trato respetuoso a la vez que riguroso hacia otros discursos como el discurso médico y el de la psicología, señalando posibles lugares de encuentro y de colaboración. Él mismo toma su punto de partida en el entrecruzamiento de la medicina y el psicoanálisis. A la vez que nos presenta a lo largo del texto la articulación con la clínica.
Desde el comienzo del primer capítulo está presente su experiencia en la práctica clínica y los relatos de los pacientes con sus vivencias subjetivas que nos ejemplifican y en muchos casos nos permite acercarnos mejor a la temática tratada en el libro. Es por ello que lo he leído con gran interés desde su inicio y está dirigido tanto para los psicoanalistas de la orientación lacaniana como para profesionales del campo de la medicina, de la psicología, sobre todo para los que a pesar de estar atravesados por el deseo de curar, se hallan divididos a partir de su experiencia en el trabajo clínico, pasados ya los primeros años del furor curandis, pienso yo, e incluso para las personas que quieran iniciarse en el conocimiento de la clínica sobre el dolor y el cuerpo.

 

El título del libro

Me llamó la atención el mismo título del libro desde que me encontré con él. Para mí, que tengo formación médica, plantea una cuestión que todavía hoy es fundamental cuando hablamos con los profesionales de la red de salud pública, y es la cuestión de los “lenguajes” y la propia del “cuerpo”. El autor da cuenta de la diferencia entre organismo y cuerpo para el psicoanálisis, a partir de la incidencia del lenguaje sobre el organismo. Toma por tanto estos dos significantes, el “dolor” y los “lenguajes” en plural, para hacer un recorrido por la temática del cuerpo, señalando el recorrido que realiza Lacan quien finalmente planteará la predominancia del “tener” frente al ser con relación al cuerpo, es decir tener un cuerpo.
Hoy asistimos a una nueva predominancia del discurso médico en el que se quiere poner el acento en lo real del cuerpo, incluso en el campo de la Psiquiatría a través como nos lo aclara J-A Miller del significante neuro–, en concreto en nuestra práctica es normalmente equivalente a decir cerebro.
Mientras construía este comentario me surgió la cuestión de ¿qué lugar dar al dolor?

El dolor en la clínica médica y de la salud mental

Haciendo un repaso, y si los datos con los que cuento son correctos, se trata de un “síntoma” a la vez inespecífico y universal que ha sido el primero dentro del campo de la Medicina que ha dado lugar a Unidades de Tratamiento Específico, las mismas que hoy empezamos a asistir a su desarrollo en el campo de la salud mental. Es el primer “síntoma” que por sí mismo ha dado lugar a la creación de las conocidas como Unidades del Dolor que se constituyeron a partir de la Segunda Guerra Mundial.
La Medicina no desconoce la participación de la subjetividad en la vivencia del dolor pero hasta la fecha no ha logrado encontrar un marcador biológico que le permita una clasificación orientada de los dolores y de sus intensidades a pesar de las investigaciones que se siguen llevando a cabo, para su implementación dentro de diferentes protocolos de actuación.
He aquí por tanto la importancia que adquiere este libro, fruto de su trabajo de DEA, que toma al dolor como un malestar por fuera de toda concepción sociológica o antropológica y recorre las referencias que nos ofrece el psicoanálisis freudiano y lacaniano y nos aporta su propia investigación llevada a cabo en su consultorio privado y principalmente en el de un Centro de Atención Primaria de la Seguridad Social con cuadros clínicos que en la actualidad están muy presentes en las modalidades del dolor como son el de la denominada “fibromialgia” y el del “síndrome de dolor crónico”.
Nos propone la hipótesis de tomar la fibromialgia como transclínica. No sería capaz de referirlo a la Medicina pero en la Psiquiatría que tenemos hoy la modalidad transclínica ha ganado la partida al estructuralismo. En mi opinión esta cuestión se desarrolla a partir de la introducción en la terapéutica de los psicofármacos (concretamente los antidepresivos), que en la manera en que se han ido implementando en la práctica clínica, lo han hecho para resolver síntomas, modalidad que ha impregnado los modos actuales de hacer psiquiatría.
Esto implica un paso previo, tomar al paciente que consulta a partir de su identificación a la denominación de su malestar: tengo fibromialgia. Justamente para plantear una maniobra previa a partir de la cual se intenta un trabajo contrario que pueda dar lugar al establecimiento de una pregunta, proponiéndole entonces hablar de ello. Iniciando la historización de su malestar que permita dar cuenta de la subjetividad a partir de su dolor. Llevará a establecer qué tipo de lenguaje hay en cada caso, pasaje de lo transclínico a la clínica del caso por caso, lo que ha ilustrado muy bien a lo largo de su libro con una serie de casos, que aportan luz para esta clínica, que no es nueva en sí misma sino en la consideración que se le está dando desde distintos lugares.
De esta manera nos ofrece un recorrido, ya clínico, mostrándonos las diferentes estructuras clínicas, el modo distinto de trabajar según éstas y la función que ejercen en cada una de ellas: síntoma dolor y acontecimientos de cuerpo, fenómenos psicosomáticos y fenómenos del cuerpo en la psicosis.
Él nos lleva a hacer este recorrido a través de los casos clínicos, desde el inicio del libro, pasando por un caso tomado prestado de Freud y aquí puede articularlo con las aportaciones freudianas, para seguir con los casos propios de la investigación que ha realizado en un Centro de Salud de la Comunidad de Madrid y en su práctica privada. Ya en el campo de los fenómenos psicosomáticos toma prestado un caso de Patrick Monribot y luego vuelve a su propia práctica.
Particularmente me llamó la atención en la clínica la presencia de casos de mujeres en los acontecimientos de cuerpo, de hombres en los fenómenos de cuerpo en la psicosis y un testimonio en los fenómenos psicosomáticos, a los que se suma otra de las hipótesis de este libro y es que suelen aparecer en el transcurso de la fibromialgia, nos dice: Es una constante en la clínica de la fibromialgia el que las pacientes presenten numerosos síntomas que podríamos ubicar del lado de los fenómenos psicosomáticos (pág. 85) y prosigue: Este modo de decir es específico del psicoanálisis lacaniano. Esta temática siempre introduce una dificultad para el médico y los modos de abordarla. Desde la Medicina se suele pensar, y de algún modo me parece conveniente que así sea, que se trata de un fondo de saco donde se pone todo aquello que de alguna forma es un enigma para el conocimiento que se tiene en ese momento y que es esperable una aclaración en tiempos venideros, con los avances científicos que se van consiguiendo. Lugar privilegiado para la sugestión, lo cientificista y las construcciones delirantes.
En los años de la Facultad siempre me resultó complejo y paradójico el uso de la palabra “esencial”[i] para nombrar la cuestión del desconocimiento de la etiología, tema por otra parte recurrente en la sintomatología del dolor, y que en este libro queda bien despejado, al ser abordado desde el psicoanálisis.  

 

Para ir terminando

A Santiago lo conozco a través del Grupo de Investigación del ICF “Psicoanálisis y Medicina”, él mantiene un blog con este nombre desde hace ya unos años y esto permitió conocer su trabajo cuando estuvo invitado en el “Stage” anual del Grupo.
Agradecerle una vez más su trabajo por la investigación plasmada en este libro. Libro que permite un ritmo de lectura difícil de interrumpir por la curiosidad que suscita y, a la vez, que te lleva al trabajo. Primero por el propio recorrido de las referencias al cuerpo y al dolor sobre todo en la obra de Lacan y de la lectura que hace J-A Miller y, en mi opinión, porque algunas de sus hipótesis son impactantes y por eso mismo interesantes para seguir investigando, sobre todo para los que tenemos una formación médica. Genera transferencia de trabajo. Gracias.


[i] En el diccionario medico Salvat, en su tercera acepción dice: enfermedad de etiología oscura y sin alteraciones demostrables.

22.3.10

Presentación del libro: El dolor y los lenguajes del cuerpo" en Barcelona.

Este ensayo que publica Grama Edicciones es el resultado de una investigación acerca de la posibilidad de una clínica, desde el psicoanálisis, sobre el “dolor” como síntoma del cuerpo y la fibromialgia. Tal y como señala Vicente Palomera en el prólogo: “la fenomenología del dolor remite, como pone de relieve Santiago Castellanos, a estructuras, a tipos y a fenómenos clínicos variados, razón por la cual conviene tener muy presente que se trata de distinguir de las formas clásicas de conversión histérica, los “embrollos del cuerpo” presentes en las psicosis ordinarias, sin olvidar los fenómenos psicosomáticos, y las formas hipocondríacas propias de estados delirantes.”
En el libro se realiza un recorrido acerca de los impasses de la medicina en el tratamiento del dolor crónico y la fibromialgia, la concepción del dolor en Freud y el goce según Lacan a lo largo de su enseñanza, las coordenadas fundamentales de la concepción del cuerpo en psicoanálisis y los elementos para una clínica diferencial sobre los síntomas corporales que responden a diferentes estructuras clínicas. Toda la articulación epistémica está sostenida con la ilustración de numerosos casos y viñetas clínicas.
En el mundo de hoy en que el discurso del psicoanálisis se cuestiona por obsoleto y anticuado, en el que las terapias cognitivo-conductuales (TCC) tratan de imponer su hegemonía, este trabajo de investigación trata de dar testimonio de la razón de la existencia del psicoanálisis, de la posibilidad de un tratamiento en las coordenadas del psicoanálisis de orientación lacaniana.

Presentación:
Juan Ramón Lairisa. Psicoanalista, miembro de la ELP, director de la BCFB.
Intervendrán:
Santiago Castellanos. Psicoanalista, Doctor en Medicina Familiar y Comunitaria, miembro de la ELP.
Rosa Calvet. Psicoanalista, AME de la ELP, docente de la Sección Clínica de Barcelona ICF.
Francisco Burgos. Psicoanalista, psiquiatra, socio de la Comunidad de Catalunya de la ELP.

16.3.10

“Mejor que ir a terapia”.

Por Joaquín Caretti Ríos. Psicoanalista en Madrid.

Este título es el texto de una propaganda que salió el día 12 de febrero de 2010 en la página 13 de El País. Es una frase que aparece, usando la técnica de la perspectiva, en la parte superior de la página sobre un fondo negro generalizado. Con letras grandes y anodinas y de un tamaño ascendente de más oscuro a más blanco, va fugando de izquierda a derecha, de una forma lateral, no mirando de frente al lector. Un punto rubrica la frase como no dejando ningún resquicio a la interrogación. No se usan los puntos suspensivos, que abrirían un poco el juego a la imaginación, ni las comillas, que apuntarían la ironía Es una afirmación rotunda.


Debajo el objeto: un hermoso Mini Cooper rojo, del que no se ve su interior, que sobre el fondo negro se ilumina rutilante, mostrando unos enormes faros-ojos que servirían para guiarnos por el camino de la felicidad, lejos de la oscuridad del malestar de la existencia.

Tenemos entonces el texto del Otro y tenemos el objeto. ¿Dónde situamos al sujeto? El sujeto es el fondo negro arriba a la izquierda que, mudo, asiste a la propuesta superyoica.

Es interesante hacer el análisis de lo que propone esta propaganda, ya que expresa, a cielo abierto, una de las caras más oscuras de la ideología del consumo. Si usted está angustiado o algún síntoma le está haciendo pensar en ir a terapia, deseche esta idea y compre un Mini Cooper. Este coche llenará su vacío, aquietará sus preguntas, pondrá orden en las manifestaciones de su cuerpo, alisará sus pensamientos recurrentes, resolverá los conflictos en su lazo social, acercará nuevas posibilidades a su vida amorosa o solucionará los problemas con el partenaire, dará respuesta a sus insatisfacciones, etcétera, etcétera. Es la propuesta de que el objeto de consumo reine sobre la subjetividad, de que se apodere de la subjetividad haciendo que esta desaparezca detrás de la satisfacción que el objeto produciría.

La idea que sostiene a esta propaganda, hija de la colusión entre el discurso capitalista y la explosión de la técnica en contra de la subjetividad, es: “a la terapia psi de la subjetividad sintomática nosotros proponemos la terapia del objeto de consumo” Una verdadera contraterapia. Pocas veces se ha escuchado en la publicidad un abordaje tan descarnado del consumo como terapia. Es decir que, atento el discurso del consumo a los malestares del sujeto y de cómo éste intenta buscar en la interlocución con el Otro un alivio, vía una terapia psi, la propaganda intenta apoderarse de este recurso, vía la propuesta de la adquisición de un objeto ¡como terapia! La obscenidad del consumo sin tapujos revelando su cara más siniestra: el goce curativo. Es decir: compre-goce y se curará.

Por otra parte se lee también la idea de que la vía del objeto de consumo es mejor, más eficaz, más barata, de menor duración, menos comprometida, más aliviada, más estética -frías letras contra resplandeciente automóvil rojo y plateado-, menos enigmática, sin el Otro psi, más segura en el sentido del semblante ya que el auto se hace semblante del sujeto, rodeándolo, envolviéndolo, protegiéndolo. Semblante fálico por excelencia, el automóvil restituiría la potencia subjetiva perdida vía un goce que sólo necesita de la mirada del Otro para confirmarse.

Y sin embargo, algo para rescatar: el significante terapia es puesto en primer plano como una posibilidad, que la propaganda rechaza, pero que queda como marca en el texto. Quizá cuando el objeto de consumo agote las posibilidades del brillo fálico y pierda la efímera eficacia de taponar la angustia, entonces surja el significante terapia como alternativa al fracaso del olvido de la subjetividad.


from: http://www.blogelp.com/ 16.03.10.

12.3.10

FORUM SOBRE EL AUTISMO EN BARCELONA

¿Por qué un Forum?


Porque es necesario explicar los riesgos de la evaluación limitada a la cifra, que silencia lo particular de cada ser humano.

Porque los criterios de falsa ciencia, sostenida hoy en la ideología de la evaluación, en el uso indiscriminado de los cuestionarios y en los argumentos de evidencia científica, pretenden erradicar la subjetividad en la cultura, en el arte, en la universidad, en el campo médico-sanitario, en el campo legal, pedagógico y social; es decir en todos aquellos ámbitos que atañen a los seres humanos. La ciencia no implica eso.

Porque en todas las disciplinas humanas se impone cada vez más un sesgo cuantificador. En base a un trato supuestamente igualitario, se anulan las diferencias entre los seres humanos y se promueve una homogeneización cuyos efectos son devastadores. La evaluación instala en sus fundamentos una profunda desconfianza sobre el saber de los profesionales; su trabajo se centra cada vez más en responder a las exigencias del sistema evaluativo, rellenando cuestionarios y elaborando estadísticas.

Porque si todas las intervenciones que atañen al individuo se evalúan con un rasero únicamente cuantitativo estamos destinados a la pobreza de pensamiento y al automatismo mental.


¿Por qué el autismo?

Porque en España el autismo se ha convertido en un caso urgente: dos propuestas, una del Partido Popular dirigida al Senado de España y otra al Parlament de Catalunya, han sembrado una gran preocupación entre profesionales que llevan años dedicándose al diagnóstico y tratamiento del autismo. Estas propuestas entienden el autismo únicamente como una deficiencia cognitiva a ser disminuida y como una dificultad de aprendizaje a ser pedagógicamente tratada.

Sigmund Freud y Jacques Lacan pusieron de relieve la particularidad del ser humano, un ser de lenguaje que se diferencia de los demás seres vivos. El lenguaje humano no es un mero sistema de signos sino una estructura simbólica compleja, ya que las palabras se articulan con la subjetividad de cada uno y el vínculo social está teñido de esa subjetividad particular.

El psicoanálisis entiende, así, que el tratamiento del autismo no puede reducirse a modelos de adiestramiento de la conducta ni a simplificar la complejidad del habla y del lenguaje humano a ejercicios de comunicación.

El autismo no es una deficiencia ni sólo una categoría clínica, sino una manera límite del ser hablante de situarse en el lenguaje y en el vínculo social.

Porque urge continuar manteniendo en el corazón del ser hablante el enigma que lo constituye y porque el autismo así nos lo enseña.


¿Para qué un Forum sobre autismo?

Para argumentar y reflexionar sobre el riesgo que corremos todos si se pierde de vista la dimensión subjetiva, esa dimensión que implica lo real no acotado por la ciencia.

Para que los profesionales, los que se han psicoanalizado y los que se acercan hoy al psicoanálisis digan lo que saben: que el psicoanálisis es una disciplina de plena vigencia, que aporta la comprensión de un real humano que escapa a la ciencia, y que así lo estudia, lo desarrolla y lo contrasta desde hace más de un siglo.

Para que la sociedad civil y sus gobernantes sean conocedores de esta situación: que sobre la etiología del autismo se sabe muy poco y que sesgar los tratamientos con el argumento de una supuesta evidencia científica es caer en una deducción falsa y una tremenda imprudencia.

Para no limitar la oferta de tratamiento a un único modelo teórico que niega el derecho de los ciudadanos a elegir qué tratamientos prefieren para ellos y/o sus hijos.

Los números son hermosos, sí, siempre que se puedan acompañarse de palabras.

La evaluación impone las cifras en detrimento de las palabras y, así, las silencia.

Pero recordemos, las incógnitas van siempre en letras.

Publicado por Foro Autismo.

http://foroautismo.blogspot.com/

Barcelona, sábado 19 de Junio de 2010, de 10 a 19 horas.
Auditorium World Trade Center.

1.3.10

PRESENTACION DEL LIBRO: "El dolor y los lenguajes del cuerpo". Bilbao

En Bilbao presenté el libro con mucho público y amigos reencontrados tras mucho tiempo. Ha sido un viaje memorable para mí.


A continuación publico el comentario que presentó Cristina Califano:



"Buenas tardes, debo agradecer compartir esta tarde de la Biblioteca de la Sede de Bilbao de la ELP, con todos vosotros que como siempre desde hace bastante tiempo sois la compañía perfecta en estas maravillosas tardes que nos hace pasar la Biblioteca. Y debo añadir, que mi agradecimiento es triple: - Por estar aquí- Por compartir mesa con Santiago Castellanos- Y por un libro excelente, y como los libros son para usar; se los lee, se los subraya, se les pone etiquetitas de colores. Pero también a los libros se les hace hablar, se les pregunta, se busca respuestas a esas preguntas; los libros son un instrumento maravilloso para conversar con ellos y de ellos.

Propongo entonces, no una presentación dogmática, rígida, sino una conversación, una charla entre todos para comentar este libro que tengo aquí en mis manos, que he leído con deleite y que me parece absolutamente riguroso. Me ha interesado mucho el libro. Es una verdadera enseñanza para nosotros y os voy a explicar porqué pienso esto.

Este texto que tenemos en nuestras manos “El dolor y los lenguajes del cuerpo”, es el resultado de una investigación. De una investigación en psicoanálisis, dentro del marco del Sección Clínica de Barcelona. Es muy interesante leer a lo largo de todo el recorrido del texto cómo a partir, a mi modo de entender, de un primer encuentro contingente del joven médico Castellanos con pacientes que sufrían dolor, él mismo lo reseña en la introducción del libro, donde nos da una primera pista: es el caso de una joven actriz con un dolor en la rodilla sin nada médico que justificara su aparición; interrogada por las coordenadas subjetivas se puede situar qué había pasado; en palabras del autor “fue necesario el trabajo de elaboración del duelo para que el síntoma cediese, allí donde los analgésicos no habían demostrado eficacia alguna”. Dado, como muy bien nos dice Castellanos, el dolor no es medible, ni cuantificable. ¿Cómo poder explicar esta experiencia clínica del dolor?.

Entonces, es muy interesante, lo leemos en el texto; las referencias al dolor de las grandes asociaciones médicas, señalaré algunas: “el dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada a una lesión real o potencial o descrita en términos de dicha lesión” “dolor es todo aquello que el paciente dice que lo es” “el dolor es lo que la persona que lo experimente nos refiere en el momento y sitio que lo siente, y con la intensidad que dice que tiene”. Es decir, aún, en estas asociaciones que todo lo cuantifican, existe un plus, que no tiene explicación, que a mi modo de ver no es cuantificable. Nos propone, Castellanos considerar “el dolor crónico, de causa no orgánica, como una experiencia subjetiva, como una manifestación de los lenguajes del cuerpo.

Para el psicoanálisis el cuerpo habla a su manera, a veces de forma desgarradora, pudiendo considerar este síntoma como un dicho, como un goce o como un soporte que cumple una función en la articulación del aparato psíquico del cuerpo”. Sobre el primer encuentro contingente, el dolor de la actriz, Castellanos señala a mi modo de entender un segundo encuentro: una circular del servicio de reumatología del hospital de referencia a su centro de salud, que señala que las pacientes aquejadas de “fibromialgia”, no fueran derivadas a reumatología, el servicio estaba colapsado por las demandas y los tratamientos analgésicos no eran eficaces y además no estaba esclarecida la causa de la enfermedad. Y, es mi lectura, con estos antecedentes puede hacerse la pregunta que guiará su investigación: ¿es posible un tratamiento de la fibromialgia con la orientación del psicoanálisis?.

Nos dejamos enseñar por Castellanos, esa pregunta como hilo conductor, lo lleva a cuestionar muchas cosas, Primeramente y a mi modo de entender, la fibromialgia se presenta como un significante amo identificatorio que permite acoger bajo su ala a un sinnúmero de padecimientos, que como no tienen explicación caen de su lado. Justamente, coincido con Castellanos cuando señala que no hay tratamiento para la fibromialgia; en un momento de desarrollo de la ciencia donde como nunca hay las máquinas que fotografían al sujeto de forma ilimitada, los cientos de análisis clínicos, estudios y una incalculable lista de etc., que permitirían cuadricular al sujeto hasta encontrar la causa última. Pero, como nos muestra muy bien Santiago en su texto, el organismo no está enfermo.

En la fibromialgia, sufre el cuerpo no el organismo. Distinción fundamental en psicoanálisis. El cuerpo está afectado por el significante.

Por pura curiosidad, me he ido a Google, “Wikipedia, la enciclopedia libre” transcribo: “La fibromialgia es un término acuñado en 1976 (del latín: fibra, refiriéndose al tejido conjuntivo, del griego: mio, músculo y algia: dolor). Se refiere a un grupo de síntomas y trastornos músculo esqueléticos poco entendidos, caracterizados por un dolor persistente, fatiga extrema, rigidez de intensidad variable de los músculos, tendones y tejido blando circundante y un amplio rango de otros síntomas incluyendo psicológicos …. Es un trastorno no contagioso presente entre el 3% y 6% de mujeres jóvenes, comúnmente entre 20 y 50 años de edad. La fibromialgia es considerada un diagnóstico controvertido, Algunos autores alegan que no es una enfermedad por los resultados negativos en la búsqueda de datos objetivos mediante exámenes para confirmar su diagnóstico. Las investigaciones realizadas en las últimas tres décadas han puesto de manifiesto alteraciones del SNC que afectan a regiones del cerebro que pueden estar vinculadas tanto a los síntomas clínicos como a fenómenos descubiertos durante las investigaciones …… etc. , podemos ver de manera clara cómo aquello que no tiene explicación objetiva clara, se debe a alguna deficiencia en el SNC. Es interesante, cómo las herramientas de la época, en este caso Internet, nos dan significantes que permiten dar una explicación al sufrimiento del para todos igual. Y es muy interesante tal como nos lo explica Santiago, el dolor es un síntoma que no pide nada. Efectivamente, el dolor se dirige al médico, al amigo, a Internet, para buscar respuesta donde no hay pregunta. Verificamos a lo largo del texto de Santiago Castellanos, que sí hay una posibilidad de tratamiento para la fibromialgia, que consiste en que el sujeto pueda involucrarse en una pregunta por su dolor y que eso sea recogido por alguien que haga de esto mismo su apuesta."

Cristina Califano

18.2.10

PRESENTACION DEL LIBRO: "El dolor y los lenguajes del cuerpo". valencia.

Intervendran:
Adolfo Santamaría. Psiquiatra y psicoanalista.
Patricia Tassara. Psicoanalista.
Santiago Castellanos. Autor del libro.
Lugar: sede de Valencia de la ELP.
dia: 19.02.2010.
hora: 19.30 horas.
c/ Padilla, 8 pta 2
46001 Valencia.

28.1.10

Comentario al libro "El dolor y los lenguajes del cuerpo"

Por Joaquim Caretti.
Psicoanalista en Madrid

1.- ¿De qué se ocupa este libro?
Este libro va a pensar la fibromialgia y el dolor desde una perspectiva distinta a la consensuada por la ciencia y se entrometerá allí donde hay algo que no anda, desbrozando el camino de forma singular. Se sostiene en una prolongada práctica de atención de pacientes afectos de fibromialgia, tratados primero por médicos que posteriormente los derivaban a un psicoanalista. Todo ello dentro de un programa de investigación consensuado con los propios médicos.
La hipótesis central de este libro es que este dolor crónico, sin daño orgánico reconocible, está relacionado con la estructura inconsciente del sujeto. Que el dolor ha tomado la deriva del cuerpo, apoderándose de este y que, instalado de forma permanente, le hace la vida insoportable al paciente. Lo interesante y que dejo para el debate, es que Santiago Castellanos habla de un síntoma transclínico, es decir que se puede hacer presente en cualquier estructura. Esto impide pensar a la fibromialgia exclusivamente, por ejemplo, como una manifestación conversiva en una estructura histérica. Es posible entender, entonces, a este síntoma como un “para todo uso”, lo que nos sitúa ante el enigma de la relación entre el cuerpo y el lenguaje. Nos podemos preguntar por qué este dolor crónico se manifiesta en cualquier estructura, o más bien, ¿no será que es la medicina la que, bajo su mirada fenomenológica, unifica en un diagnostico único lo que es un dolor radicalmente diferente según cada sujeto?
Entiendo que el trabajo de este libro es contestar esta pregunta ya que su intención es, en la mayor parte de los casos, horadar este significante amo fibromialgia, este diagnóstico unificador, donde todos los pacientes son iguales ante la ley médica, por más que la medicina afirme que no hay enfermedades sino enfermos. Esto no quiere decir que no haya médicos que no sigan esta máxima pero será una tarea a contra corriente del discurso científico imperante, que cree en las categorías diagnósticas a pie juntillas. Médicos que habitarán en islas en el mar del discurso dominante. Podemos apostar a hacer archipiélagos y luego un continente.

2. Un libro político
De lo que voy diciendo se deduce, a mi entender, que este libro es un libro político. Si entendemos por política lo que sostiene Alain Badiou que “la política no es la realización de lo posible sino que la política es la creación de nuevas posibilidades” podemos vislumbrar que el texto hace una lectura política de la fibromialgia que va en contra de la despolitización de la vida cotidiana, ya que lo que vivimos todos los días es justamente el reinado de lo posible y este texto se va a meter con lo imposible de un dolor que no quiere remitir, un dolor que insiste como un real fuera de sentido pero mostrando la faz más auténtica del que lo sufre. Es un trabajo clínico que no se conforma con lo posible sino que apunta a crear nuevas posibilidades como para que la palabra -vía la transferencia- penetre en el cuerpo y lo alivie. Tarea que Santiago Castellanos describe como “una operación de desidentificación del sujeto para que pudiera hablar de lo propio y de lo singular”
No es un libro inocente ya que es un corte tajante con la ideología del discurso médico: hay un sujeto dolorido que, al ser incluido en la categorización fibromialgia como un universal, queda impedido de hacer un trabajo sobre su propio inconsciente. Permanece anclado a un significante que, si bien en algún caso puede ayudar por lo dador de identidad que tiene, va a favorecer la fijación del dolor en el cuerpo. Esta política que el texto combate, política del para todos lo mismo en el terreno de lo médico, se verifica en cualquier orden de la vida: política, economía, psicología, ética, cultura, deportes, educación, higiene, religión, asistencia social están dominados por este discurso. Nada queda fuera del discurso que intenta tratar el malestar de la existencia taponándolo bajo la modalidad de la sugestión, del engaño, del storytelling, de la imposición o la violencia.
Así este texto va a sostener que hay una confrontación entre dos formas de entender el abordaje del malestar. Las terapias cognitivo-conductuales -discurso del Amo- que intentan una adaptación del paciente a su situación y el psicoanálisis que busca poner como norte de cualquier abordaje del síntoma la subjetividad del ser hablante. ¿No es esta confrontación la que vivimos también en lo social cuando constatamos cómo el discurso dominante arrasa con cualquier forma de política emancipatoria sometiendo a las masas a la miseria de una vida vivida en la soledad de su goce? Creo que sí. Por eso el discurso psicoanalítico es un discurso subversivo, no revolucionario, ya que apunta a cuestionar la fortaleza del Amo en todos los terrenos, posibilitando la construcción de lo común sin olvidar la marca indeleble del inconsciente y el goce. Por eso la posición de los psicoanalistas nunca será una posición cómoda, por más que se queden exclusivamente en sus consultas pensando que lo que hacen no tiene que ver con la política. Es el propio discurso del psicoanálisis el que va más allá de los psicoanalistas singulares.
También quiero destacar que en este libro se lee una posición ética que es la de buscar el bien decir del paciente. Busca que el que sufre puede decir bien su malestar y así encontrar las vías de su resolución, una salida nueva para la “autopista del dolor”, según la figura que se emplea en este libro.
3. El autor
Finalmente quiero decir que este libro es el fruto de la trayectoria intelectual de Santiago Castellanos, pero no sólo. Es también expresión de un derrotero de vida que va de la medicina al psicoanálisis, vía la experiencia del propio inconsciente. Es una trayectoria freudiana: del deseo de curar al no-deseo de curar, de la etiología a la causa ausente, del para todos protector a la soledad singular.

Joaquín Caretti Ríos

10.1.10

COMENTARIO AL LIBRO: “EL DOLOR Y LOS LENGUAJES DEL CUERPO”.

Por Rosa Lopez. Psicoanalista en Madrid.

He sido testigo de la trayectoria de Santiago Castellanos en el psicoanálisis desde sus comienzos, de modo que he podido verificar directamente cómo se produjo su pasaje del discurso medico al discurso analítico. No creo que este proceso haya sido sencillo, ni que sea el resultado de una progresión en la formación, pues realmente
supone un verdadero salto cualitativo como demuestra el libro que tenemos hoy sobre la mesa.
¿Por qué digo esto?, porque “ser médico” es algo que otorga una fuerte identidad y que implica una posición frente a la enfermedad muy arraigada, basada en el deseo de curar. Deseo que inicialmente parece muy loable, pero que tiene sus serios inconvenientes pues, en ocasiones, se impone sobre la verdad de lo que está en juego
en el sufrimiento humano, desconociéndola y cortándole el paso.
Conocemos la figura del medico que, situándose en el lugar del amo, detenta el saber con una suerte de omnipotencia que no admite cuestionamiento alguno.
Hay muchos chistes sobre esta característica, recuerdo uno que dice: ¿En qué se diferencia un medico de Dios?. En que Dios no se cree medico.
Pero también conocemos, y cada día más, el médico que se siente en la impotencia pues verifica cada día cómo sus conocimientos no alcanzan para dar cuenta de la complejidad de lo que no anda en los seres hablantes.
Es a estos médicos, divididos en su función, sensibles a las singularidades de cada paciente, decididos a que la impotencia de la práctica no les lleve al ejercicio de un poder, a los que este libro les puede abrir un importante horizonte.
Pero no es un libro exactamente escritos para médicos, es un libro para psicoanalistas, pues siendo el resultado de un largo trabajo de investigación en la obra de Freud, y sobre todo en la de Lacan, nos proporciona un ordenamiento sistemático del saber del psicoanálisis sobre el cuerpo, de un enorme valor, insisto para los psicoanalistas.
Podría parafrasear a Wody Allen en su “todo lo que usted quería saber sobre el sexo”, pero me parece muy manido. ¿Cómo decirlo de otra manera?. Hagan un estudio del texto y obtendrán una perspectiva completa de los lugares en los que Lacan habla de los lenguajes del cuerpo, las enfermedades o el dolor. Por supuesto, cada una de estas citas pueden profundizarse más y más, en ese sentido no hay
completud posible, pero si no me equivoco están todas recogidas. Por tanto es una guía formidable de estudio sobre la materia. Pero no solo eso, es además muy aclaratoria. Convengamos que la comprensión de Lacan no es fácil y que requiere de un dominio de lenguaje psicoanalítico importante. Pero aún cuando ya estemos
habituados a los significantes lacanianos y conozcamos los fundamentos de su enseñanza, siempre tendremos la impresión de no saber cómo articular unos conceptos con otros, o también de no encontrar la manera de conciliar claramente la teoría con la práctica.
Santiago Castellanos lo ha conseguido y lo digo honestamente, no solo porque es un buen amigo, sino por el efecto de clarificación que a mi me ha producido. Tantas veces he leído esas frases de Lacan y sin embargo tras la lectura del libro las entiendo mejor que antes.
¿Por qué menciono todo el tiempo a Lacan y no tanto a Freud?. Se debe a una percepción particular de mi lectura. Para mi gusto, insisto en esto, la primera parte del libro dedicada a Freud es interesante y aclaratoria, pero no tiene la misma fuerza que la segunda dedicada a la enseñanza de Lacan. Hay un punto de inflexión en el
que el texto de Santiago empieza a cobrar vuelo y despega, suscitando entonces un deseo de continuar con la lectura, subrayar cada párrafo, tomar notas y finalmente obtener una especie de satisfacción.
En esta última parte están recogidos los desarrollos de la enseñanza de Jacques Alain Miller, con los que Santiago Castellanos nos proporciona una rigurosa clínica diferencial sobre el cuerpo: desde los síntomas neuróticos, pasando por los fenómenos psicosomáticos y culminando en los fenómenos de cuerpo propios de la psicosis.
Hasta ahora no he mencionado lo que considero es la característica fundamental de“El dolor y los lenguajes del cuerpo”: la abundancia de casos clínicos.
Fijense como empieza: “Unos años después de iniciarme en el trabajo de la medicina acudió a mi consulta una joven actriz aquejada de un dolor intenso en la rodilla que le impedía caminar y trabajar.......”
Comienza directamente, sin preámbulos, con un caso clínico con evocaciones freudianas: el medico al que la bella histérica pone a trabajar sobre la causa psíquica. Tras este arranque tan a pie de la clínica, encontraremos, durante el resto del libro, como la teoría está permanentemente ilustrada con los casos.
En el segundo capitulo toma prestado una paciente de Freud: la famosa Isabel Von de R (verdadero paradigma de lo que ahora se ha dado en llamar “fibromialgia”), y en el capitulo sobre el Fenómeno Psicosomático hay un extenso comentario del testimonio de Pase de Patrik Montribo, pero el resto de los ejemplos proceden de su propia clínica.
Además del caso de la bella actriz, si me permite Santiago denominarlo de este modo, he tratado el resto de las ilustraciones clínicas, que paso a comentar brevemente.
2)La mujer de 68 años diagnosticada de fibromialgía, muy medicada desde hace años, y por si fuera poco víctima de las peores terapias, que le ofrecieron interpretaciones como esta: “Lo que le pasa es por una enfermedad vírica, por un hijo y por una separación”. !Que “melange” de causas! !Que confusión para el sujeto!.
Un caso de iatrogenia medica y psicoterapéutica, una peor que la otra.
3)La mujer que no podía tragar y a la que el especialista de la endoscopia le hace un diagnostico diferencial sobre la marcha diciéndole que lo que tiene es un “bolo histérico” y añade “no se preocupe, yo mismo he padecido un bolo histérico”. Un bonito ejemplo, que nos muestra cómo los médicos de ahora no solo no ignoran los síntomas histéricos, sino que simpatizan con ellos, para mayor perplejidad del paciente.
4)El hombre de los 24 botes de orina, que siguiendo la demanda medica había realizado el enorme esfuerzo de contabilizar el goce del cuerpo en 24 frasquitos perfectamente etiquetados para ver como la auxiliar de clínica iba a mezclarlos todos, medir la totalidad del liquido y después tirarlo . Al tratarse de una psicosis maníaco depresiva, la reacción de agitación del paciente no se dejo esperar.
5)La mujer que pasa del dolor mudo en el cuerpo al síntoma analítico que la permite interrogarse por su feminidad, su sexualidad y su relación de pareja. Caso en el que se verifican claramente los efectos de la escucha psicoanalítica, que sitúan el síntoma
en su lugar. Con este caso, el autor teje una respuesta sobre la cuestión abierta por la estadística medica que revela que la fibromialgia es una enfermedad de mujeres.
“Las relaciones de estrago con la pareja son una constante en la clínica de la fibromialgia”. “La demanda de amor ocupa en la sexualidad femenina una función incomparable en relación con lo masculino”. “El goce femenino no tiene la localización estable de la sexuación masculina”. Son frases que extraigo del texto
con las que se demuestra que el psicoanálisis es un discurso que ha podido pensar a la mujer como ningún otro.
6) Pero no toda afectada de fibromialgia quiere separarse de ese significante que la otorga una identidad y consentir al análisis de la causa sexual, como ilustra otra paciente de 57 años que tras un período de entrevistas preliminares de un año aparecen sus dificultades para experimentar el placer sexual y decide no continuar el tratamiento.
7) Hay otro caso en el que se verifican no solo los efectos terapéuticos rápidos, sino lo que es más importante, el hecho de que se conservaron con el tiempo. Efectos que surgen trás un arduo trabajo en el que el sujeto ha de poner en juego cómo el dolor y el goce basculan entre la relación con la madre y el amor de los hombres. El
discurso hace un giro y el sujeto pasa de hablar del dolor a hablar del amor, de manera que en la quinta entrevista consigue establecer con precisión el nudo en que está embrollada.
8) Pero no todo son éxitos en el psicoanálisis, pues además de aquellos sujeto que no consienten al tratamiento porque no quieren saber nada de la verdad, están aquellos que pueden llegar a agravarse. Para ilustrar las mayores dificultades de la clínica,
Santiago aporta un caso en el que trás el diagnostico de fibromialgia se enmascaraban graves fenómenos psicosomáticos y un profundo cuadro depresivo, lo que le permite entrar en la teoría lacaniana sobre lo psicosomático.
9) En el terreno de las psicosis hay un ejemplo que es como la guinda del pastel. El caso del ilusionista. Se trata de un hombre de mediana edad con temores hipocondríacos que ha pasado por años
de tratamientos conductuales absolutamente infructuosos y que gracias al análisis consigue construir una saber hacer que le permite una pacificación del goce invasivo que padecía.
10) Finalmente Gonzala de 45 años nos ilustra una cuestión clínica que probablemente solo los psicoanalistas podemos captar, pues parece encerrar una paradoja. Cuando el sujeto tiene recurso simbólicos muy escasos (psicosis sin delirios bien constituidos) la fibromialgia es en si misma un recurso para seguir enganchada
al Otro (Centro de Salud, especialistas etc). Una forma posible de hacer la vida habitable. Entonces, se trata de “consentir como un mal menor, que la paciente pueda realizar esos recorridos con la menor iatrogenia posible”

Rosa López. Comentario presentado en la presentación del libro “El dolor y los lenguajes del cuerpo” en Madrid. Rosa Lopez es miembro de la ELP, directora de la sede de Madrid y docente del NUCEP.