13.4.10

Presentación del libro: "El dolor y los lenguajes del cuerpo", en Barcelona

El pasado día 9 de Abril fue presentado el libro en la sede de Barcelona de la ELP en un acto organizado por la Biblioteca. A continuación publico la intervención de Francisco Burgos, psiquiatra y psicoanalista en Barcelona.


Presentación del libro de Santiago Castellanos

“El dolor y los lenguajes del cuerpo”

Francisco Burgos

“El culto al éxito de la sociedad de hoy obliga a no admitir esos temas... Debemos dar sentido al dolor, sólo así lo superamos”.
Andrzej Szczeklik (médico polaco)

 

Agradecimientos

Agradezco a la Biblioteca del ICF, a su director Juan Ramón Lairisa y a Santiago Castellanos por la oportunidad que me ofrecen de participar en la presentación de este libro, importante para entender algunas cuestiones del dolor y sus padecimientos desde una lectura orientada por el psicoanálisis.

 

Introducción

Santiago ha elegido un tema interesante pero difícil de abordar y además lo ha hecho desde una perspectiva que me ha sorprendido y agradado, de aquí la importancia que adquiere para mí este libro tanto en el propio trabajo de explicar el “síntoma” dolor, sobre todo el dolor crónico y fundamentalmente la fibromialgia, como hacerlo servir de guía de lectura para el trabajo clínico cuando está presenta la cuestión del cuerpo. Porque en él encontramos un estudio amplio y riguroso de las referencias a este tema que elaboraron Freud pero sobre todo Jacques Lacan y sus aplicaciones a la clínica.
¿Por qué digo esto? Desde siempre en la historia de la humanidad, los hombres se han ocupado del dolor tanto físico como psíquico o de la propia existencia. La mayoría de los trabajos sobre este tema han sido abordados desde las perspectivas antropológicas o sociológicas, salvando los que intentan dar una explicación neurológica, es decir, un sustrato orgánico-causal al dolor o bien sus vías de formación y de sensación. Santiago lo encara desde la investigación orientada por la vía de la subjetividad, del inconsciente, del psicoanálisis. Nos aproxima a la clínica médica a través del tratamiento psicoanalítico.

 

El estilo

Quiero hacer una referencia al estilo, sorprende el estilo de escritura, directo, hablándole al lector, explicando los conceptos de una manera que facilita la prosecución del recorrido en esta temática compleja, el seguimiento de las referencias en el ordenamiento que ha tomado tanto cronológicamente de los autores psicoanalíticos como de la lógica que presentan. El trato respetuoso a la vez que riguroso hacia otros discursos como el discurso médico y el de la psicología, señalando posibles lugares de encuentro y de colaboración. Él mismo toma su punto de partida en el entrecruzamiento de la medicina y el psicoanálisis. A la vez que nos presenta a lo largo del texto la articulación con la clínica.
Desde el comienzo del primer capítulo está presente su experiencia en la práctica clínica y los relatos de los pacientes con sus vivencias subjetivas que nos ejemplifican y en muchos casos nos permite acercarnos mejor a la temática tratada en el libro. Es por ello que lo he leído con gran interés desde su inicio y está dirigido tanto para los psicoanalistas de la orientación lacaniana como para profesionales del campo de la medicina, de la psicología, sobre todo para los que a pesar de estar atravesados por el deseo de curar, se hallan divididos a partir de su experiencia en el trabajo clínico, pasados ya los primeros años del furor curandis, pienso yo, e incluso para las personas que quieran iniciarse en el conocimiento de la clínica sobre el dolor y el cuerpo.

 

El título del libro

Me llamó la atención el mismo título del libro desde que me encontré con él. Para mí, que tengo formación médica, plantea una cuestión que todavía hoy es fundamental cuando hablamos con los profesionales de la red de salud pública, y es la cuestión de los “lenguajes” y la propia del “cuerpo”. El autor da cuenta de la diferencia entre organismo y cuerpo para el psicoanálisis, a partir de la incidencia del lenguaje sobre el organismo. Toma por tanto estos dos significantes, el “dolor” y los “lenguajes” en plural, para hacer un recorrido por la temática del cuerpo, señalando el recorrido que realiza Lacan quien finalmente planteará la predominancia del “tener” frente al ser con relación al cuerpo, es decir tener un cuerpo.
Hoy asistimos a una nueva predominancia del discurso médico en el que se quiere poner el acento en lo real del cuerpo, incluso en el campo de la Psiquiatría a través como nos lo aclara J-A Miller del significante neuro–, en concreto en nuestra práctica es normalmente equivalente a decir cerebro.
Mientras construía este comentario me surgió la cuestión de ¿qué lugar dar al dolor?

El dolor en la clínica médica y de la salud mental

Haciendo un repaso, y si los datos con los que cuento son correctos, se trata de un “síntoma” a la vez inespecífico y universal que ha sido el primero dentro del campo de la Medicina que ha dado lugar a Unidades de Tratamiento Específico, las mismas que hoy empezamos a asistir a su desarrollo en el campo de la salud mental. Es el primer “síntoma” que por sí mismo ha dado lugar a la creación de las conocidas como Unidades del Dolor que se constituyeron a partir de la Segunda Guerra Mundial.
La Medicina no desconoce la participación de la subjetividad en la vivencia del dolor pero hasta la fecha no ha logrado encontrar un marcador biológico que le permita una clasificación orientada de los dolores y de sus intensidades a pesar de las investigaciones que se siguen llevando a cabo, para su implementación dentro de diferentes protocolos de actuación.
He aquí por tanto la importancia que adquiere este libro, fruto de su trabajo de DEA, que toma al dolor como un malestar por fuera de toda concepción sociológica o antropológica y recorre las referencias que nos ofrece el psicoanálisis freudiano y lacaniano y nos aporta su propia investigación llevada a cabo en su consultorio privado y principalmente en el de un Centro de Atención Primaria de la Seguridad Social con cuadros clínicos que en la actualidad están muy presentes en las modalidades del dolor como son el de la denominada “fibromialgia” y el del “síndrome de dolor crónico”.
Nos propone la hipótesis de tomar la fibromialgia como transclínica. No sería capaz de referirlo a la Medicina pero en la Psiquiatría que tenemos hoy la modalidad transclínica ha ganado la partida al estructuralismo. En mi opinión esta cuestión se desarrolla a partir de la introducción en la terapéutica de los psicofármacos (concretamente los antidepresivos), que en la manera en que se han ido implementando en la práctica clínica, lo han hecho para resolver síntomas, modalidad que ha impregnado los modos actuales de hacer psiquiatría.
Esto implica un paso previo, tomar al paciente que consulta a partir de su identificación a la denominación de su malestar: tengo fibromialgia. Justamente para plantear una maniobra previa a partir de la cual se intenta un trabajo contrario que pueda dar lugar al establecimiento de una pregunta, proponiéndole entonces hablar de ello. Iniciando la historización de su malestar que permita dar cuenta de la subjetividad a partir de su dolor. Llevará a establecer qué tipo de lenguaje hay en cada caso, pasaje de lo transclínico a la clínica del caso por caso, lo que ha ilustrado muy bien a lo largo de su libro con una serie de casos, que aportan luz para esta clínica, que no es nueva en sí misma sino en la consideración que se le está dando desde distintos lugares.
De esta manera nos ofrece un recorrido, ya clínico, mostrándonos las diferentes estructuras clínicas, el modo distinto de trabajar según éstas y la función que ejercen en cada una de ellas: síntoma dolor y acontecimientos de cuerpo, fenómenos psicosomáticos y fenómenos del cuerpo en la psicosis.
Él nos lleva a hacer este recorrido a través de los casos clínicos, desde el inicio del libro, pasando por un caso tomado prestado de Freud y aquí puede articularlo con las aportaciones freudianas, para seguir con los casos propios de la investigación que ha realizado en un Centro de Salud de la Comunidad de Madrid y en su práctica privada. Ya en el campo de los fenómenos psicosomáticos toma prestado un caso de Patrick Monribot y luego vuelve a su propia práctica.
Particularmente me llamó la atención en la clínica la presencia de casos de mujeres en los acontecimientos de cuerpo, de hombres en los fenómenos de cuerpo en la psicosis y un testimonio en los fenómenos psicosomáticos, a los que se suma otra de las hipótesis de este libro y es que suelen aparecer en el transcurso de la fibromialgia, nos dice: Es una constante en la clínica de la fibromialgia el que las pacientes presenten numerosos síntomas que podríamos ubicar del lado de los fenómenos psicosomáticos (pág. 85) y prosigue: Este modo de decir es específico del psicoanálisis lacaniano. Esta temática siempre introduce una dificultad para el médico y los modos de abordarla. Desde la Medicina se suele pensar, y de algún modo me parece conveniente que así sea, que se trata de un fondo de saco donde se pone todo aquello que de alguna forma es un enigma para el conocimiento que se tiene en ese momento y que es esperable una aclaración en tiempos venideros, con los avances científicos que se van consiguiendo. Lugar privilegiado para la sugestión, lo cientificista y las construcciones delirantes.
En los años de la Facultad siempre me resultó complejo y paradójico el uso de la palabra “esencial”[i] para nombrar la cuestión del desconocimiento de la etiología, tema por otra parte recurrente en la sintomatología del dolor, y que en este libro queda bien despejado, al ser abordado desde el psicoanálisis.  

 

Para ir terminando

A Santiago lo conozco a través del Grupo de Investigación del ICF “Psicoanálisis y Medicina”, él mantiene un blog con este nombre desde hace ya unos años y esto permitió conocer su trabajo cuando estuvo invitado en el “Stage” anual del Grupo.
Agradecerle una vez más su trabajo por la investigación plasmada en este libro. Libro que permite un ritmo de lectura difícil de interrumpir por la curiosidad que suscita y, a la vez, que te lleva al trabajo. Primero por el propio recorrido de las referencias al cuerpo y al dolor sobre todo en la obra de Lacan y de la lectura que hace J-A Miller y, en mi opinión, porque algunas de sus hipótesis son impactantes y por eso mismo interesantes para seguir investigando, sobre todo para los que tenemos una formación médica. Genera transferencia de trabajo. Gracias.


[i] En el diccionario medico Salvat, en su tercera acepción dice: enfermedad de etiología oscura y sin alteraciones demostrables.

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